ASPECTOS EVOLUTIVOS DE LOS 4 AÑOS

La niña y el niño de cuatro años tiene una personalidad compleja. A grandes rasgos describiremos las características más peculiares y generales.
Su pensamiento, además de sincrético, es intuitivo y concreto. No se eleva a abstracciones. Su mundo es el de las nociones concretas, no el de los conceptos abstractos. Sin embargo, empiezan a aparecer los primeros conatos de lo que pudiéramos llamar abstracciones rudimentarias.


Para favorecer la capacidad perceptiva, así como los procesos intelectuales y los del pensamiento, es conveniente en todo momento estimular la función de los órganos de los sentidos, procurando que en cada captación se utilicen todos los sentidos posibles. Partiendo de una percepción global se iniciará el proceso de pensamiento analítico.


No comprende la sucesión del tiempo. La noción del pasado y del futuro casi no existe en su mente.


Es extraordinariamente imaginativo. Su espontaneidad y originalidad confunden a veces la realidad con la fantasía. Necesita ayuda para aprender a captar estas diferencias, aunque debe seguir desarrollando su creatividad y amando la fantasía.


La mejoría en su atención es apenas imperceptible con respecto a su etapa anterior. No obstante, puede permanecer atento durante períodos relativamente más largos.


En su lenguaje aún le gusta escucharse a sí mismo y experimentar con las palabras, por lo que suele hablar en soliloquio.


Al sentir la necesidad de descubrir el mundo en el que está inmerso, para así poder dominarlo, interroga a los adultos sin cesar sobre las cosas que ve e imagina.


En sus manifestaciones o comentarios sobre las cosas o acciones que observa, es sumamente crítico.





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