Trabajar las emociones/Educación Infantil


En Segundo Ciclo, el Rincón de las emociones proporciona un espacio propio donde los niños aprenden a identificar las emociones mediante actividades específicas de los siguientes ejes: La conciencia en uno mismo, la autorregulación, la motivación, el reconocimiento en los demás y la empatía y habilidades sociales

En primer lugar, de forma consensuada, estableceremos los hábitos y normas que regirán nuestra convivencia en clase, para luego comenzar a trabajar con las emociones. Para ello, durante el Período de Adaptación recordamos, siempre que sea necesario, cuáles son los comportamientos y actitudes que corresponden a una carita feliz o a una carita triste. Tengamos presente que por su cualidad de transversal, las emociones inundan el universo de nuestras actividades diarias, incluso una disputa en el patio de juegos es una oportunidad para tratar el enfado, el perdón, la solución de problemas, etc. Sólo en el Rincón de las Emociones las abordaremos sistemáticamente.

Los hábitos trabajados como parte de la rutina diaria, ayudarán a los pequeños a autorregular su respuesta emocional a las diferentes situaciones. Por ejemplo , actividad que ayuda al niño a diferenciar las conductas deseadas de las inapropiadas. Consiste en un sencillo mural con dos caritas: una feliz y una triste. Debajo de estas, y en correspondencia, vamos colocando imágenes de distintas situaciones. Este trabajo estará presente en clase durante todo el ciclo lectivo.

La conciencia de uno mismo, será otro de los bloques a trabajar. A partir del momento que nuestros niños comienzan a interiorizar las rutinas, hábitos, y normas establecidas en consenso por todo el grupo, doy paso a otra de las actividades. Consiste en realizar fotos de sus propios estados anímicos, sus diferentes expresiones. Fotos que colocamos en nuestro Rincón, hablamos de ellas, elaboramos hipótesis: ¿Por qué Juani está enfadada?, y ¿Omar porqué estará triste? Será nuestro primer acercamiento a la expresión oral de las emociones. Este eje será el paso previo necesario para la autorregulación y el reconocimiento de emociones en los demás.

La autorregulación , en cuanto a ella expresar que la intencionalidad pedagógica del docente en este eje básico se concreta en ayudar a los pequeños a ajustar sus respuestas emocionales a cada situación y estado de ánimo, tanto para su propio bienestar como el de su entorno. Los profesionales de este ciclo debemos tener siempre presente las características psicoevolutivas propias del 2º Ciclo,-egocentrismo, centración, irreversibilidad, etc.- para llevar a cabo las actividades. Así como las diferencias marcadas que existen dentro del propio ciclo. En 3 años comenzaremos a familiarizarlos con dos emociones básicas como la alegría-tristeza-enfado, a través de imágenes, de la expresión corporal, cuentos, canciones. De esta manera progresiva iremos en 4 y 5 años incorporando el reconocimiento de nuevas emociones como miedo, sorpresa, etc. dependiendo, claro está, del grupo-clase con el cual trabajamos.

Podremos utilizar una mascota o personaje propio de la clase como un recurso que permite crear vínculos afectivos y emocionales en los niños. De esta manera, participará en las emociones experimentadas a partir de una situación como un cuento por ejemplo. Insistir que todas las actividades deben contarse con un gran soporte visual y verbal.

Autores como Daniel Goleman establecen la motivación como otro de los apartados para trabajar este aspecto de la Inteligencia Emocional.

El autor y terapeuta Abel Cortese señala que las emociones son una fuente de motivación emocional, y los maestros sabemos la importancia que tiene la misma dentro del proceso de enseñanza –aprendizaje. Un niño motivado, presto para participar, para jugar, resulta más factible encauzarlo en la incorporación de nuevas ideas, hábitos, conceptos, actitudes, etc. De esto se desprende la importancia que tiene también ofrecer actividades variadas y diversas que parten de intereses y necesidades de nuestros pequeños aprendices. El juego a estas edades como herramienta de aprendizaje que permite desarrollar tanto los aspectos cognitivos como los emocionales, será el eje central de la metodología globalizada que utilizamos en esta etapa educativa.

Otros autores como Rafael Bisquerra, del grupo GROP, presentan en su Programa de 3-6 años de Educación Emocional, la Autoestima y las Habilidades socio-emocionales como propuestas inherentes al desarrollo emocional. Comenzaremos a trabajar el autoconcepto para poder llegar así a la autoestima, entendida como la evaluación que hacemos de nosotros mismos. Los niños deberán aprender a reconocer su cuerpo (esquema corporal), las posibilidades que nos ofrece, valorando así las capacidades y dificultades.

El cuento es un recurso de significativo valor para el reconocimiento de las emociones de los demás y la empatía. Contamos para ello con una interesante lista de autores que abordan las emociones mediante cuentos en los cuales los personajes se relacionan con diferentes estados de ánimo. Ejemplo de ello es el texto “La escuela de hadas” (Cuentos para crecer) de Dolors Garcia Folch que nos invita a descubrir qué siente el Hada Celeste (personaje del cuento) y como resuelve la situación.

Estas actividades son una pequeña muestra de la propuesta que realizo en el aula. Lo esencial es tener siempre presente la importancia que tiene abordar el desarrollo emocional de nuestros niños y niñas. Cada docente, conocedor de su clase, de sus intereses, elegirá el momento adecuado para trabajar con las emociones. Un conflicto en el aula, en el patio de juegos, pueden ser momentos muy oportunos para abordarlos de manera intencionada y tratarlos en el grupo. Este trabajo es todo un desafío para la escuela de este siglo, para no quedar aislada y ajena al panorama actual y futuro. Escuela y hogar deberán trabajar en conjunto en la educación de las emociones de niños y jóvenes. Como expresa Fernández Berrocal, experto en el tema abordado, “el profesor ideal de este nuevo siglo tendrá que ser capaz de enseñar la aritmética del corazón y la gramática de las relaciones sociales.

Mónica Silvina Martínez Viscio - Maestra de Educación Infantil

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