Divorcio, actitudes que no ayudan

Divorcio, actitudes que no ayudan
Una separación suele ser dolorosa y conlleva un trabajo psíquico elaborarla, los integrantes de la familia se tendrán que acomodar a la nueva situación y mientras llevan adelante el proceso en los niños surgirán miedos, deseos, preguntas: "¿voy a tener dos fiestas de cumpleaños?, ¿con quien voy a vivir?, ¿voy a seguir viendo a mi papá?, ¿se separan por mi culpa?, ¿no me quieren más?, ¿cómo hago para que estén juntos como antes?" etc.

El divorcio suele presentarse (aunque no siempre) como el intento de solucionar un clima de tensión, poner fin a una vida de pareja insatisfactoria. Esto abre nuevos caminos, nuevas relaciones entre los miembros de la familia y donde seguramente se incluirán nuevas personas (parejas, hijos). Frente a esta situación no hay que pasar por alto las necesidades de los chicos.

Hay actitudes de los padres que complican más la situación para los niños. A veces los adultos pueden sentirse desbordados. Al detenerse a pensar sobre lo que les cuesta del proceso de separación, ayudan al niño y se ayudan a ustedes mismos.

Actitudes que complican más la situación
  • El no explicarles por qué se separan genera angustia, desconcierto y fantasías en los niños donde tratarán de explicarse solos la situación. Muchas veces pueden pensar que ellos son responsables, culparse o tratar de hacer cosas para que los padres vuelvan a unirse.
  • Hablarles mal del otro padre genera angustia, enojos y ansiedad. Hay padres que hablan mal de su ex pareja delante del niño o que no filtran la información que dan al niño y cuentan los problemas de la pareja a los chicos dando detalles de la relación. Esto angustia al niño y se ve incitado a tomar posición por uno u otro padre. Ej. “nos vamos a separar por culpa de tu madre que gasta plata sin parar”, “tu papá es el culpable de todo, me engaña con otras mujeres”.
  • Hacerlos sentir culpables cuando visita o cuando la pasa bien con el otro padre. Hay algunos padres que no toleran que sus hijos compartan tiempo y disfruten al estar con su ex pareja. Llenan al niño de culpa tratando de retenerlo o haciéndolo sentir mal al volver. Ej.: “no vas a dejar sola a mamita”, “Volviste todo sucio, papá no te cuida bien”. El niño se ve tironeado entre los padres y no puede disfrutar y compartir sin sentir que está traicionando al otro padre por pasarla bien.
  • Utilizar al niño como mensajero. Preguntarle qué hace o deja de hacer el otro padre. El niño queda ubicado en medio de la relación de la pareja llevando y trayendo información, posición que genera mucha angustia. Por ej.:“contame que hace mamá los sábados a la noche”, “¿papá tiene alguna novia?”.
  • Amenazar a los chicos con no dejarlo ir con el otro progenitor. "No vas a la casa de tu papá porque te portaste mal". Imponer como castigo no ver a su papá o mamá, privándolo de recibir el afecto y la compañía no es una forma aconsejable de poner límites. El niño tiene derecho a compartir tiempo con ambos padres.
  • Incluir inmediatamente a una nueva pareja sin darle tiempo al niño para que la conozca y se adapte a la nueva relación.
  • Llenarlo de cosas materiales para tratar de llenar espacios de afecto y no sentirse culpables.
  • Tener discusiones o situaciones violentas delante de los chicos. Los chicos deben quedar afuera de este tipo de situaciones que son sumamente angustiantes y difíciles de procesar para ellos.

Si alguna de estas situaciones se presenta, el niño tiene que adaptarse no solo a la separación, sino también a estas otras situaciones, generándose un caldo de cultivito para que aparezcan síntomas: problemas en la escuela, síntomas físicos, agresión, miedos, problemas de aprendizaje, problemas en el vínculo con los padres, etc.

Para los chicos se produce un conflicto, ya que quieren a ambos padres y sufren cuando uno arremete o descalifica al otro. Puede identificarse con el que es agredido y sentirse también humillado. Si se identifica con el agresor, pueden empezar a actuar como él y maltratar al otro padre o a sus compañeros de escuela. De esta forma se arman bandos donde todos pierden.


Conclusión

Atravesar por un divorcio o una separación es una situación sumamente difícil para los niños y también para los adultos. Los padres a veces se sienten desbordados, no pueden manejar la situación con la ex pareja, hay discusiones, todo se vuelve caótico. Es importante detenerse, pensar "¿qué me pasa que no puedo hablar bien con el papá o la mamá de mis hijos?, ¿por qué no soy capaz de evitar las discusiones?"; y si sienten que no pueden manejarlo solos, pedir ayuda y asesoramiento psicológico.

Orientacion a padres
Lic. M. Paula Gerardi

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