TERRORES NOCTURNOS


TERRORES NOCTURNOS

Se producen en la primera mitad de la noche, es decir, asociados a un sueño muy profundo, y se caracterizan porque el niño se despierta bruscamente y empieza a gritar como si estuviera sufriendo de una forma sobrehumana. Cuando los padres acuden en su ayuda, lo que ven es a un niño pálido, con sudor frío, aterrorizado y que es incapaz de contactar con la realidad. Por mucho que le digan, el niño no les reconoce y los padres, si no saben qué son los terrores nocturnos, creen que poco menos se va a morir. Sin embargo, no pasa nada: el niño no reacciona, no es consciente de lo que ocurre, porque está profundamente dormido, y no hay más.Este «horror» suele durar entre 2 y 10 minutos; si os ocurre, no intentéis despertar a vuestro hijo, porque es prácticamente imposible que lo logréis –está profundamente dormido- y, de conseguirlo, sólo empeoraríais las cosas. Al día siguiente, a diferencia de las pesadillas, no se acordará de nada.

¿Qué hacer? Quedaos junto a él para vigilar que no se caiga si se mueve, pero nada más. No tenéis más remedio que esperar a que se le pase intentando mantener la calma. Al igual que las pesadillas, los terrores nocturnos suelen aparecer alrededor de los 2-3 años y ceden espontáneamente al llegar a la adolescencia.

Una advertencia: si acudís y deja de llorar, no se trata de un terror nocturno, sino que está utilizando esa acción para lograr una reacción por vuestra parte.

Hay que reeducar su hábito del sueño.

  Fuente:Nuestro hijo no duerme, nosotros tampoco.




Comentarios