En resumen, todos estos aspectos tratados, la
desorientación espacio – temporal, la lateralidad mal definida y el
desconocimiento del esquema corporal, constituyen el eje central en el que
confluyen todos los rasgos de la dislexia.
Junto a estos
desordenes comentados, a menudo se encuentran otros vinculados a la percepción
auditiva y visual. Sin tratarse propiamente de un déficit, existe a veces una
alteración, más cualitativa que cuantitativa. Sucede el caso de niños que no
tienen pérdida auditiva ni visual, pero que
no discriminan los sonidos con la suficiente precisión y confunden unos
con otros, al igual que cometen errores en diferenciar formas, colores y
tamaños.
A través de
diversos estudios, se ha observado que todos los trastornos que desencadenan
la dislexia no se dan siempre en su totalidad, y que las manifestaciones no son siempre las
mismas.
Por lo tanto, se
diferencian dos tipos de dislexia, dependiendo del predominio de uno u otro
tipo de trastorno, así se distingue entre:
Dislexia con
alteraciones fundamentalmente viso – espaciales y motrices, cuyas
características son:
- escritura en
espejo
- confusiones e
inversiones al escribir.
- torpeza motriz.
- disgrafías.
Dislexia con
alteraciones fundamentalmente verbales y de ritmo, que se caracteriza por
trastornos del lenguaje:
-Dislalias.
-Inversiones.
-Pobreza de expresión.
-Poca fluidez verbal.
-Comprensión baja de las reglas sintácticas.
-Dificultad para redactar...
Fuente:
DISLEXIA:
TEORÍA Y PRÁCTICA
COMPONENTES DEL GRUPO DE TRABAJO:
Carmen Marín Alfaro
Ascensión Rodríguez Ruiz
Eugenia Zamora Gómez
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