Etapas / TDAH


Etapas de la hiperactividad o TDAH

TDAH en niños

La prevalencia en niños en edad escolar del trastorno con hiperactividad es del 3-7%, resultando más frecuente en chicos que en chicas. Este trastorno genera en los niños problemas escolares y sociales. Afecta a los niños y adolescentes en la escuela en forma de notas más bajas en los exámenes, repetición de curso, y dificultades en aplicar conocimientos a tareas personales y escolares.

Aproximadamente, entre el 50 y el 60% de los niños con TDAH no tratado acaban por ser expulsados de clase, y entre el 10 y el 30% de los adolescentes abandonan los estudios y/o no logran terminar el bachillerato. Solo el 5% de los adolescentes con TDAH terminan sus estudios universitarios. Aunque su rendimiento académico es bajo, debido a que muchos niños con TDAH tienen problemas de aprendizaje inherentes al trastorno, se ha podido constantar que su inteligencia es igual o superior a la media (incluyendo superdotados).

En muchos de los casos suele informarse de la existencia de mal comportamiento y problemas sociales. Estos problemas suelen derivarse de la manera en la que otras personas juzgan e interactúan con los niños con TDAH. Otros niños pueden considerarlos molestos, ruidosos e infelices; tienden a resultarles antipáticos y a rechazarles. Los padres y los profesores, por su parte, suelen ser más autoritarios, controladores e invasivos con los niños con TDAH en comparación con los niños normales. Por ello, aún cuando los niños con TDAH no sean agresivos o desobedientes, por sus características personales pueden sufrir experiencias interpersonales negativas, que repercutan a la larga en el desarrollo de diversos problemas sociales.

TDAH en adolescentes y adultos

Actualmente se sabe que la hiperactividad no se desvanece tras la niñez como se creía antiguamente. Entre el 50 y el 80 por ciento de los niños con TDAH siguen mostrando problemas en la adolescencia. El problema de la hiperactividad podría disminuir en un gran número de casos. Sin embargo, se han realizado seguimientos de niños hasta la edad adulta y se ha visto que en una elevada proporción todavía se manifiestan de diferentes formas los problemas principales del trastorno, como un deterioro en las relaciones sociales, depresión, baja autoestima, conductas antisociales, problemas emocionales, consumo de drogas, y una situación de desventaja escolar o laboral. Muchos tienen empleo y son independientes  desde el punto de vista económico, pero su historial laboral es en cierto modo inestable y su posición profesional es muy baja.

No recibir un tratamiento adecuado en esta enfermedad puede repercutir negativamente sobre la salud y seguridad del paciente, ya que sufren más lesiones por accidente y más problemas de salud que el resto de la población. Por ejemplo, la incidencia de accidentes de tráfico es mayor para conductores adolescentes con TDAH no tratado que para los demás conductores adolescentes (57% frente al 39%).

Tratamiento de la hiperactividad o TDAH

Actualmente hay diferentes maneras para tratar la hiperactividad. Esta el enfoque farmacológico, las técnicas conductuales, los métodos conductuales-cognitivos y la combinación de tratamientos.

En cuanto a la farmacología, se ha demostrado que los estimulantes, lejos de aumentar la actividad en los niños con hiperactividad, consiguen lo contrario. Estos fármacos reducen la actividad y la distracción, aumentando al mismo tiempo la capacidad de atención. Pero los estimulantes tienen dos problemas fundamentales. Uno es que sus efectos suelen desaparecer a las pocas horas, haciendo preciso tomar dosis de manera relativamente frecuente (aunque ya hay medicamentos de acción prolongada). El segundo de estos problemas son los efectos secundarios, como el deterioro de la capacidad de pensamiento, pérdidas de memoria, alteración de la hormona de crecimiento, insomnio, …

Las técnicas conductuales buscan la modificación de la conducta a través de un reforzamiento del comportamiento dentro del aula y del hogar. Estas técnicas requieren mucha implicación por parte de padres y profesores.

El enfoque cognitivo conductual tiene como objetivo que el niño aprenda a mejorar su autocontrol. Para ello, el niño debe aprender a observar y registrar sus propios comportamientos. Esto suele ir seguido del reforzamiento de la conducta deseada.

La combinación del enfoque psicológico (terapias conductuales o cognitivo conductuales) y el farmacológico parece tener bastante éxito en el tratamiento de la hiperactividad, siendo la medicación el elemento aparentemente más efectivo.

Fuente:  Web consultas. Tu centro médico online

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