Cómo facilitar la autonomía en niños
Fuente: Foundation for Health,
Sicence and Education.
Que un niño tenga una buena base de confianza en sí mismo es
uno de los fundamentos para que empiece a hacer las cosas solo. Es una de las
claves para la educación emocional de los pequeños, permitiendo que aprendan
tanto de los errores como de las pequeñas frustraciones.
A medida que los niños van creciendo y madurando necesitan
cada vez menos vigilancia y soporte por parte de sus padres o cuidadores y van
ganando autonomía. Eso debe ser así, ya que la sobreprotección provoca que los
niños sean altamente dependientes y además puede tener consecuencias no
deseadas en un futuro, algunas de ellas contrapuestas, como niños con miedo,
prepotentes o con poca tolerancia a la frustración.
Ante esta fase del desarrollo de los pequeños, muchos padres
se preguntan qué pueden hacer o ante que señales deben estar alertas para
facilitar que sus hijos vayan ganando autonomía. Una de las claves según los
expertos es a base de autoestima.
En general, los especialistas están de acuerdo en que un niño
que se valora a sí mismo correctamente será más autónomo y feliz. Los padres
desempeñan un papel muy importante en la generación y consolidación de la
autoestima.
Para ello, es recomendable seguir estas 3 pautas:
•No hablar mal del niño: hacerle reproches o reprobarle su
actitud con demasiada frecuencia puede forjar una imagen demasiado negativa de
sí mismo.
•No compararle con otras personas: cada uno tiene su propia
personalidad, y las comparaciones le podrían impedir desarrollarla bien.
Tampoco se debe comparar al niño con sus hermanos.
•Enseñarle que puede aprender de los errores: si un niño, por
ejemplo, vierte una jarra de agua intentando rellenar un vaso, es peor si no le
permites hacerlo la próxima vez, por miedo a que vuelva a verterla. Sería mejor
ayudarle un poco, darle instrucciones u ofrecerle otras herramientas que le
sirvan para mejorar.
Hay muchos aspectos de la vida cotidiana de un niño en que se
le puede ofrecer autonomía. Por ejemplo, en sus hábitos diarios de higiene,
alimentación o imagen. Pueden aprender a desempeñar con cierto grado de
autonomía sus obligaciones, pero también cómo gestionar sus momentos de juego y
ocio.
No hay que olvidar el importante papel que también juega la
interacción social en todo ello. Las amistades les ayudarán a ser, poco a poco,
más abiertos y tolerantes.
Otra faceta importante en el crecimiento de la autonomía de
los pequeños es el desarrollo intelectual. En este aspecto, es sumamente
importante que ellos mismos aprendan, por ejemplo, a deducir las respuestas a
las preguntas, a hallar la solución a las posibles dificultades que se
encuentren. De este modo será la curiosidad lo que les mueva a hacerlo.
Debe tenerse en cuenta que no todos los niños adquieren la
autonomía al mismo ritmo. Así, mientras algunos aprenderán a desenvolverse
solos de forma rápida, otros necesitarán más tiempo, y se desprenderán del
apoyo de los padres poco a poco. La
clave está en que respetes el tempo que tu hijo necesita.
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