“Los preescolares con TDAH



“Los preescolares con TDAH tienen dificultades para controlar los impulsos e iniciar relaciones sociales”

A partir de los cuatro años ya se puede hacer una valoración formal de un cuadro de hiperactividad, siempre teniendo en cuenta el entorno del niño
  
Sandra Melgarejo
Manuel Fernández es el director del Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica y un especialista en TDAH, sobre todo en los casos que se diagnostican durante la edad preescolar. Aunque puede parecer difícil detectar el trastorno antes de que el niño vaya al colegio, Manuel Fernández detalla que la familia y la guardería pueden darse cuenta de que algo no va bien porque se trata de niños que tienen dificultades para las relaciones sociales y, sobre todo, que no son capaces de controlar los impulsos. El especialista aconseja el diagnóstico precoz por dos razones fundamentales: porque cuanto antes se informan las familias, más capaces son de controlar la situación de sus hijos; y porque la eficacia del tratamiento individualizado es mayor.

¿Cómo se detecta el TDAH en la edad preescolar?

        
La mayoría de las consultas que se hacen por motivos relacionados con el TDAH en la edad preescolar tienen que ver con problemas de conducta, con excesiva inquietud motora y con problemas de impulsividad o agresividad. Son niños que tienen dificultades para iniciar relaciones sociales en el entorno de la guardería y de la familia, y para controlar los impulsos, sobre todo. No son capaces de estarse quietos, de estarse tranquilos, de prestar atención ni de controlar esa sensación de rabia ante la frustración o ante la negativa de los padres, y eso hace que tengan problemas importantes a la hora de comunicarse o de relacionarse con los demás.
¿A partir de qué edad es posible hacer un diagnóstico precoz del TDAH?
Según las recomendaciones de las academias americanas de Pediatría y de Psiquiatría, a partir de los cuatro años ya se puede hacer una valoración formal de un cuadro de hiperactividad, pero siempre teniendo en cuenta el entorno y la situación en la que se encuentra el niño. Los niños a esta edad pueden ser muy inquietos, pero algunos tienen una impulsividad o una agresividad excesiva y la familia se da cuenta de que algo sucede. No se puede dejar de tratar a un niño en esas condiciones.

¿En qué consiste el tratamiento a esta edad?    

    
La recomendación inicial es que se establezca un programa de intervención cognitivo-conductual y una estimulación multisensorial orientada a disminuir la dificultad para controlar los impulsos y a mejorar la respuesta a los indicadores de conducta. Pero si esa intervención no es suficientemente favorable a la hora de mejorar los síntomas, se establece la necesidad de incluir un tratamiento farmacológico informando a la familia de que en la ficha técnica de los fármacos no está incluida la indicación para menores de seis años.    

¿Cómo pueden saber los padres que la conducta del niño está alterada, sobre todo si se trata del primer hijo y no tienen con quién compararlo?
   
Les cuesta mucho trabajo entender que lo que le pasa a su hijo no es habitual y llegan a la consulta porque se lo han recomendado los profesores de la guardería y otros familiares. Pero cuando empiezas a explicarles en qué consiste el TDAH y les recomiendas que se pongan en contacto con las asociaciones de pacientes y familiares –una parte muy importante del apartado psicoeducativo–, se van dando cuenta de que eso que estaban considerando normal llega a ser desproporcionado.

¿Cuál es la importancia de hacer un diagnóstico tan precoz del TDAH?

 Porque cuanto antes se informan y se forman las familias, más capaces son de controlar la situación de sus hijos. Los resultados de eficacia a largo plazo cuando establecemos un tratamiento individualizado son muy favorables, de entre el 80 y el 90 por ciento.    

¿Cómo se le explica a un niño tan pequeño lo que le ocurre?
A un niño de cuatro años no se le puede explicar que está tomando un tratamiento para poder concentrarse más, pero sí que se le da a entender que tiene que tomarse una especie de vitaminas para conseguir estar más tranquilo y ser capaz de controlar más la rabia y la ira. Los niños lo entienden muy bien porque saben que a veces tiene explosiones de mal genio y son conscientes de que eso está mal.
 FUENTE:http://www.comunidad-tdah.com/

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