Diez claves para combatir el estrés laboral
El estrés laboral puede
desencadenar graves problemas de salud como la fatiga, la ansiedad o la
depresión.
El estrés es uno de los problemas más
frecuentes que padecen los trabajadores en la actualidad. El estrés se
percibe como una presión emocional que se experimenta cuando el individuo no es
capaz de adaptarse a una situación. Pero, este desequilibrio también se puede
controlar y combatir.
Estos son algunos de los consejos más útiles que se
pueden llevar a cabo:
-Identificar el foco del problema: es muy importante tener claro
cuál es el principal problema. Especificar qué cuestiones son las que más nos
preocupan y qué síntomas provocan en nuestro organismo.
-Saber decir NO: la personalidad es uno de los elementos más
valorables en los individuos, por ello no podemos anular este valor de ninguna
manera. Muchas personas cumplen estrictamente con lo que se les ordena aunque
ello, sobrepase ciertos límites. Esto provoca un elevado grado de ansiedad y
estrés. Por ello, decir ‘NO’ es un derecho, siempre que sea por una razón
justificada
-Saber relajarse: cumplir con las obligaciones es necesario, como
también lo es saber ‘poner freno’ en nuestras situaciones diarias. Hacer las
cosas de manera apresurada y alterada sólo sirve para aumentar la fatiga. Por
eso, saber organizarse y respirar hondo ante situaciones difíciles ayudará a
relajarse más fácilmente.
-Priorizar labores: es necesario reflexionar un momento y saber
organizar las diferentes tareas por realizar en orden de relevancia. Hay que
tener claro cuál es la tarea más urgente y tener una buena organización.
-Pedir ayuda: el trabajo individual es importante pero no hay que
tener miedo de pedir ayuda. Compartir las tareas con los demás compañeros hace que
el trabajo sea más llevadero y se cree un ambiente más agradable.
-Cuidar los hábitos de vida: es importante comer de forma saludable
ya que mejora el estado de ánimo. Comer
frutas y verduras, cereales,
lácteos, frutos secos y pescado, así como beber mucha agua. Por otro lado,
practicar actividad física de forma regular mejora la autoestima, la
autoconfianza y la capacidad de concentración, a la vez que disminuye el nivel
de estrés.
-Aceptar los errores: todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Hay
que tener claro que los errores son situaciones de las que se puede sacar algo
positivo y aprender. Por ello, aceptarlos es el primer paso.
-Descansar: un trabajo que no permite al empleado tomarse un pequeño
respiro, desembocará, con seguridad, en el estrés laboral. Para evitarlo, es
aconsejable interrumpir nuestras actividades cada cierto tiempo para poner en
orden nuestras ideas. Es recomendable coger vacaciones y fines de semana como
tiempo de ocio y descanso, así como fomentar las relaciones sociales como
alternativa al trabajo. No olvides a tu
familia y amigos. Deja el trabajo en la oficina (tanto los papeles, como
las preocupaciones).
-No sobredimensionar los problemas: hay que darle la importancia
adecuada a cada problema. No alarmarse si algún proyecto no obtuvo los
resultados adecuados porque el estrés será la consecuencia de ello.
-Reírse más y hablar acerca de los sentimientos: trabajar con
seriedad no impide estar de buen humor y crear un ambiente agradable en el
trabajo. Algo tan sencillo como reír es una de las mejores armas para combatir
el estrés.
Por otro lado hablar acerca
de los sentimientos ayuda mucho, no es un signo de debilidad. Cuando somos
escuchados nos sentimos respaldados. Eso sí, busca el momento indicado, no
fuerces la conversación.
Consecuencias
Las consecuencias negativas
del estrés son múltiples pero, cabe destacar, su grave incidencia en la salud y
el rendimiento. El estrés se manifiesta principalmente con alguno de los
siguientes signos y síntomas: migrañas, tics nerviosos, insomnio, fatiga,
pesadillas, pérdida del sentido del humor, boca seca, nudo en la garganta,
psoriasis, calvicie, dermatitis, erupciones, hipertensión arterial, sudoración
aumentada, tensión, ardores, mala digestión, náuseas, vómitos, diarreas, cólicos,
úlcera, colitis ulcerosa, colon irritante, etc.
Además, el estrés puede desbordar al individuo de tal
forma que comience a desarrollar una serie de errores cognitivos en la
interpretación de la realidad. Esto desembocaría en los llamados ‘trastornos de
ansiedad’ manifestándose principalmente
mediante fobias o temores irracionales.
En la actualidad, un 13.8% de la población española sufre trastornos de
ansiedad, siendo más fuertes en mujeres que en hombres y, habitualmente, tras
un periodo de estrés prolongado.
El estrés puede ser el
causante de otros problemas de salud mental, como la depresión, responsable del 20% de las ausencias
laborales. Los trastornos mentales y los problemas derivados de la ansiedad, la
depresión y el estrés constituyen las principales causas de incapacidad laboral
temporal y permanente en los países desarrollados. Según la Organización
Mundial de la Salud, entre el 50% y el 60% de las ausencias al trabajo que se
producen al año están ocasionadas por situaciones de este tipo.
El estrés modifica los
hábitos relacionados con la salud, así, con las prisas y la tensión, aumentan
los hábitos no saludables como fumar, beber o comer en exceso. De la misma
forma, se reducen las conductas saludables como hacer ejercicio o comer a horas
adecuadas. En algunas profesiones con un nivel de estrés muy elevado, existen
unas tasas mayores de tabaquismo, alcoholismo y otras adicciones.
En cuanto a las profesiones,
existen algunas con un nivel de estrés más alto que otras, como son policías, trabajadores de la construcción,
mineros, pilotos de líneas aéreas, periodistas, dentistas, médicos, enfermeros,
conductores de ambulancia, músicos, profesores y directores de personal.
Fuente: www.aspyprevencin.com
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