El apoyo social y la manera de afrontar el autismo de un hijo resultan esenciales en el bienestar de los padres
El
apoyo social y la manera de afrontar el autismo de un hijo resultan esenciales
en el bienestar de los padres.
Tener un hijo con autismo afecta a la calidad de vida de
toda la familia. Investigadoras de la UNED han estudiado qué es lo que más
influye en los progenitores de estos niños y han descubierto que tanto la forma
de afrontar la situación como la manera en que se percibe, junto a los apoyos
sociales tienen un papel relevante.
Lo que más influye en la calidad de vida de
los padres y madres de niños con trastorno del espectro de autismo es su forma
de percibir la situación, y no tanto el grado de severidad del autismo del
hijo. Así se desprende de un estudio realizado en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y publicado en Journal of
Intellectual Disability Research.
A través de una aproximación global, analizando los
factores que influyen en el bienestar y la calidad de vida familiar de 118
padres y madres de hijos con el trastorno, las investigadoras han
descubierto que el factor más influyente es la capacidad de encontrar sentido a
su situación.
Una de las escalas utilizadas es la que mide el sentido
de coherencia, es decir, “la que evalúa en qué grado los padres perciben que
tienen cierto control sobre sus vidas, entienden lo que está ocurriendo y se
sienten con la capacidad para manejar la situación y afrontar los problemas,
tratándolos más como retos que como amenazas”, explica Pilar Pozo,
investigadora de la UNED y autora principal del trabajo.
El
apoyo social es clave para afrontar el autismo
“Los progenitores que presentaban valores más altos en
esta escala aseguraban experimentar un mayor grado de bienestar y mayor calidad
de vida familiar”, destaca Encarnación Sarriá, investigadora de la facultad de
Psicología de la UNED y otra de las firmantes del estudio.
En cuanto a la forma de enfrentarse a la situación, las
expertas encontraron diferencias en función del sexo del progenitor. Los dos
tipos básicos de estrategias se diferencian en
positivas, que afrontan el problema centrándose en él y buscando
recursos para hacerle frente, y aquellas que lo evitan, negando la situación o
buscando vías de escape.
“Las estrategias positivas tienen especial relevancia
para el bienestar psicológico de las madres. En comparación con los padres, el
estudio refleja que las utilizan más que ellos”, indica Pozo.
Los participantes tenían unas edades medias de 44,6 años
en el caso de las mujeres y 46,7 en el de los hombres. Casi la mitad tenían
formación universitaria y, respecto al empleo, el 49,1% de las madres trabajaba,
frente al 88,1% de los padres. La mayoría de las familias estaban formadas por
cuatro miembros, y el hijo afectado de autismo acudía a una escuela específica
en el 55,9% de los casos.
Las autoras subrayan que, aunque las características
especiales de los niños con autismo pueden afectar negativamente al bienestar
de los progenitores y a la calidad de vida familiar, factores como el apoyo
social, la forma de afrontar la situación y su forma de percibirla tienen un
papel relevante en el resultado final.
“En estos factores se puede intervenir, facilitando el
acceso a los servicios que den el apoyo social necesario para atender las
necesidad especiales de sus hijos, junto con un apoyo psicológico que les ayude
a desarrollar estrategias para afrontarlo que sean eficaces”, concluye Sarriá.
Referencia bibliográfica: P. Pozo, E. Sarriá y A. Brioso.
“Family quality of life and
psychological well-being in parents of children with autism spectrum disorders:
a double ABCX model”, Journal of Intellectual Disability Research, 58, mayo
2014. DOI:
10.1111/jir.12042.
Para más información
Mariano Comino | Unidad de Cultura Científica
(UCC+i/FECYT)
OTRI-UNED
91 398 9682
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