Cómo hacerle frente a cuatro problemas habituales del TDAH

 

Cómo hacerle frente a cuatro problemas habituales del TDAH


El TDAH se manifiesta en cada persona de una forma diferente: Unos tienen más síntomas de inatención, otros de hiperactividad o de impulsividad. A esto además hay que añadirle que a veces se pueden presentar varios síntomas combinados con diferentes intensidades. Y por si fuera poco, también hay que tener en cuenta todos los factores comórbidos que se asocian al TDAH, Tics, TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), ansiedad, TND (Trastorno Negativista Desafiante), depresión, problemas de autoestima, TUS (Trastorno por Uso de Sustancias)… que a su vez también pueden presentarse de forma combinada y en diferentes intensidades.
Visto lo visto, parece que no puede quedar duda alguna de que el TDAH es un trastorno muy heterogéneo. Sin embargo hay cuatro problemas habituales del TDAH que se suelen presentar en casi todos los niños con TDAH. A continuación te presentamos estos problemas, que seguramente reconocerás, y también te proponemos unas pautas que te ayuden a manejar estas situaciones.

Tarda mucho tiempo en vestirse1

Puede que sea causado por su déficit de atención o que lo haga para llamar la atención o como forma de desafiar la autoridad. Pero sea cual sea la razón por la que lo haga, puede llegar a sacar de quicio a los padres y ocasionar fuertes tensiones y discusiones en el núcleo familiar.

¿Cómo puedes ayudarle?

Acuerda con él un sistema de puntos, en el que establezcáis las tareas o funciones que se van a tener en cuenta (vestirse, ducharse, recoger la habitación…).  Es importante que estas tareas, los puntos, el tiempo y lo que se consigue con los puntos (ver la tele antes de ir al cole, jugar después de hacer los deberes…) , se acuerde con el niño, que él sepa cómo funciona y qué sucede si no cumple con lo pactado.
  • Puedes empezar dándole un punto por vestirse en 15 minutos (luego puedes ir disminuyendo el tiempo).
  • Avisa al niño de cuándo empieza a contar el tiempo y recuérdale del tiempo que dispone.
  • Vuelve a avisarle cuando sólo queden 5 minutos para que finalice el tiempo.
  • Si al finalizar el tiempo, no ha terminado de vestirse, viste al niño y comunícale que no ha obtenido el punto.

Importante

No estar constantemente insistiendo en que se vista (hacerlo sólo una vez al principio y una 5 minutos antes de que termine el tiempo) evita el riesgo de llamadas de atención y hace que el niño se haga responsable de su propia conducta. También se puede usar un cronómetro para evitar la discusión sobre si han pasado realmente 15 minutos o no, y además le permite ver al niño el tiempo que le queda.

Come mal

Comer es un proceso largo, con muchos pasos, muchos de ellos repetitivos y que pueden resultar poco interesantes y divertidos para un niño. Por lo que frecuentemente, se aburre, se distrae, quiere levantarse de la mesa… Convirtiendo la comida en una situación de tensión en la que los padres están constantemente encima del niño para que coma y suele acabar en pelea.

¿Qué puedes hacer para que coma mejor?

Establece una tarea concreta a todo el proceso de comer: comer en un tiempo establecido, comer algo de todos los platos, no quejarse… Recuerda que es importante que el niño sepa cuáles son las tareas que se establecen.
  • Hay que poner un tiempo máximo de 30 minutos.
  • Retirar la comida pasado este tiempo, sin ningún tipo de prórrogas.
  • Si ha comido bien, se dan puntos para que canjee por premios. Comer bien significa comer todo o una determinada parte de la ración (establecida previamente – a veces hay que pesarlo para evitar discusiones).

 Importante

Se debe poner la misma comida para todas las personas de la mesa y no hacer platos especiales para el niño. También debes recordar que no puedes insistir más de un número de veces, y que no puedes hacer oídos sordos ante las quejas. En el caso de los niños desafiantes, suelen recurrir a comidas a deshoras. Esto debe quedar prohibido.

No se quiere acostar

Siempre parece haber motivos para quedarse un poco más, viendo la tele, jugando a la consola… Pero la disciplina a la hora de irse a la cama es fundamental para empezar a llevar una buena higiene del sueño.
 
¿Qué puedes hacer para que el proceso de acostarse sea más fácil?
Lo primero de todo, es establecer una hora fija para irse a la cama, y que esto no dependa de los programas de televisión.
No cedas fácilmente ante las peticiones cariñosas de un día, porque al día siguiente se van a convertir en una exigencia por su parte, y va a llevarte a un conflicto. Si cedes, el niño comprueba que es posible acostarse más tarde, que el cumplimiento de las normas es flexible, y por supuesto él está dispuesto a comprobar hasta dónde llega esa flexibilidad. Hay que evaluar detenidamente la situación, y si decides ceder, debes hacerlo con todo tipo de advertencias que le dejen claro que es una excepción y que mañana bajo ningún concepto se repetirá.
Si cuando el niño se queda solo en su habitación en la cama, se pone a gritar, es importante mostrarse neutro, y evitar decirle: “No grites que vas a molestar a los vecinos”. Porque entonces te va a tener entre la espada y la pared. Algunos padres han solucionado esta situación explicando a los vecinos lo que va a pasar (incluso con el niño delante, para demostrarle que no es un juego y que tienes la sartén por el mango).
Puedes dejar al niño en su cama a la hora establecida, apagar la luz y salir de la habitación. Cuando empiece a llorar cuenta unos minutos y vuelve a entrar, así varias veces, entrando cada vez menos tiempo y en intervalos de tiempo más largos. Otras opciones son dejar la puerta abierta e ir cerrándola poco a poco, disminuir poco a poco la intensidad de la luz.

Importante

Estos procesos deben llevar a una normalidad (dormir sin luz, con la puerta cerrada o semicerrada y a una hora establecida), para lo que es fundamental seguir una progresividad y consistencia en el método aplicado. No mezcles diferentes soluciones en un intervalo de pocas semanas, selecciona una solución, y aplícala durante un tiempo.  Este tipo de terapias no tienen que consistir en hacer pasar un mal rato al niño, sólo en hacer siempre lo mismo. Si funciona el vaso de leche caliente antes de dormir, o leer un cuento, perfecto. Lo importante es no ceder ante la petición de otro cuento más, porque al día siguiente serán dos más.

Hacer los deberes es una batalla

Después de un día de colegio, a lo niños no les apetece hacer los deberes y por supuesto siempre tienen cosas más importantes que hacer antes de ponerse a ello. Para evitar que se convierta en una lucha entre padres/hijo, es de gran ayuda establecer un horario para hacer los deberes (en función del tiempo que los profesores consideren necesario para realizar las tareas).
Lo ideal es que hagan las tareas según lleguen del colegio, y que se refuerce el hacer los deberes con un premio (una actividad que le guste): ver una película, dar un paseo, ir a jugar al parque… Es recomendable que esa actividad se haga justo después de acabar los deberes, y que la duración esté relacionada con la rapidez con la que se hayan terminado. Por supuesto los deberes tienen que estar bien hechos. Cuanto más tarde en terminar los deberes, menos tiempo para hacer lo que le gusta tendrá.

Importante

Si no termina todos los deberes a tiempo, aún así le dejaremos que durante 10 minutos solamente haga aquello que le gusta. De esta forma él se dará cuenta de lo que se está perdiendo. Pero no le dejes que lo haga más de ese tiempo. También puede ser bueno fragmentar el tiempo de estudio, intercalando ratos de descanso, por ejemplo 30 minutos de estudio- 10 minutos de descanso, lo que le permite hacer descansos antes de que pierda la atención y así mantenga un ritmo de estudio. Siempre se deben controlar los tiempos de cada etapa, ya sea de estudio o descanso con un temporizador. Deja que lo ponga él antes de levantarse de la silla y cuando se vuelva a sentar, tú sólo debes supervisar que no haga trampas.
Esperamos que estas técnicas que te proponemos sirvan para conseguir manejar las cuatros situaciones problemáticas que hemos comentado y que se producen con tanta frecuencia en los niños con TDAH.
FUENTE:
http://www.tdahytu.es/
 

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